jueves, 10 de abril de 2014

Stalin habla sobre el burocratismo y los burócratas.

[... El burocratismo y el papeleo de los aparatos de administración; la charlatanería sobre "dirección en general", en lugar de dirección viva y concreta; la estructura funcional de las organizaciones y la falta de responsabilidad personal; la ausencia de responsabilidad personal en el trabajo y el igualitarismo en el sistema de salarios; la falta de control sistemático del cumplimiento de las decisiones y el temor de la autocritica: he aquí el origen de nuestras dificultades, he aqui donde anidan ahora nuestras dificultades. ...]

[... Seria ingenuo pensar que pueden vencerse estas dificultades con resoluciones y disposiciones. Los burócratas y los aficionados al papeleo tienen ya desde hace mucho tiempo gran habilidad para manifestar de palabra, fidelidad a las decisiones del Partido y del Gobierno y, en la practica, sepultarlas en un cajón. ...]

[... Aparte de algunos incorregibles burócratas y aficionados al papeleo, respecto a cuya destitucion todos estamos de acuerdo, hay dos tipos de funcionarios que entorpecen nuestro trabajo, lo obstaculizan y no nos permiten avanzar.



Al primer tipo corresponden los funcionarios que contrajeron ciertos méritos en el pasado, hombres que se han convertido en grandes señores y a quienes les parece que las leyes Soviéticas y del Partido no han sido escritas para ellos, sino para los tontos. Son esos mismos funcionarios que tampoco estiman deber suyo cumplir las decisiones del Partido y del Gobierno y que destruyen asi las bases de la disciplina del Partido y del Estado. ¿En qué confían al vulnerar las leyes Soviéticas y del Partido? Confían en que, por sus méritos pasados, el Poder Soviético no se atreverá a meterse con ellos. Estos grandes señores ensoberbecidos piensan que son insustituibles y que pueden infringir impunemente las decisiones de los órganos directivos. ¿Que se debe hacer con estos funcionarios? Hay que destituirlos de los puestos de dirección sin titubeos, sin reparar méritos pasados. Hay que pasarles a puestos de menor importancia y publicar la noticia en la prensa. Esto es indispensable para bajarles los humos a estos ensordecidos, grandes señores burócratas y colocarles en el lugar que les corresponde. Ello es indispensable para consolidad en todo nuestro trabajo la disciplina de Partido y de los organismos Soviéticos.

Y ahora hablemos del segundo tipo de funcionarios. Es el tipo de charlatanes, yo diría de charlatanes honrados, hombres honestos, fieles al Poder Soviético, pero incapaces de dirigir, incapaces de organizar nada. Tuve el año pasado una conversación con uno de estos Camaradas, un Camarada muy estimable, pero un charlatán incorregible, capaz de ahogar con su verborrea cualquier obra viva. He aquí la conversación:

Yo: ¿Que tal va la siembra?
El: ¿La siembra, Camarada Stalin? Nos hemos movilizado.
Yo: Bien, y ¿qué?
El: Hemos planteado la cuestión de plano.
Yo: Bien, ¿y que más?
El: Hay un viraje, Camarada Stalin, pronto se producira un viraje.
Yo: Bueno, pero ¿que hay en realidad?
El: Se perfilan progresos.
Yo: Bien, pero ¿que tal va la siembra?
El: Hasta ahora no hemos logrado hacer nada, Camarada Stalin.

He aquí la fisonomía del charlatán. Se han movilizado, han planteado la cuestión de plano, hay un viraje y progresos, pero la cosa no avanza.

Exactamente así es como ha caracterizado hace un poco un obrero ucraniano el estado de una organización.
Cuando se le pregunto si dicha organizacion se atenia a la linea, respondió: "¡Ah! ¿la línea?... la línea existe, naturalmente, solo que el trabajo no se ve". Por lo visto, esta organización tiene también sus charlatanes honrados. Y cuando se destituye a estos charlatanes, separándoles del trabajo de la dirección, se quedan atónitos, boquiabierto: "¿Por qué nos destituyen? ¿Es que no hemos hecho todo lo necesario? ¿Es que no hemos reunido la conferencia de obreros de choque, no hemos proclamado en ellas las consignas del Partido y del Gobierno, no hemos elegido todo el Buró Político del Comité Central para la presidencia de honor? ¿ Es que no hemos mandado saludos al Camarada Stalin? ¿Qué mas queréis de nosotros?"
¿Qué hacer con estos charlatanes incorregibles? Si se les deja en un trabajo de dirección, son capaces de ahogar cualquier obra viva en un torrente de discursos interminables y hueros. Es evidente que hay que destituirlos de los puestos de dirección y darles un trabajo de otro tipo. En el trabajo de dirección no hay lugar para charlatanes. ...]

Extraído de Sobre los defectos del trabajo del Partido y sobre las medidas para liquidar a los elementos Trotskistas y demas elementos de doble cara del Camarada Stalin.








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